martes, 3 de marzo de 2015

El secreto de una lactancia exitosa

Para mantener una lactancia materna exitosa tenemos que comenzarla bien y tener paciencia. Si tenemos dificultades al inicio, la paciencia debe ser el doble.
Muhos de los errores que se cometen durante los primeros meses de lactancia son debidos a la falta de información.

Para comenzar, es importante saber que la prolactina, la hormona encargada de la producción de leche, se comienza a segregar al separarse la placenta del útero por lo que independientemente de que el parto sea vaginal o cesarea, el tiempo que tarda subir la leche es igual. La única diferencia que podría existir sería el tiempo que se tarde en poner al bebé al pecho. Esto debe hacerse durante la primera hora después del parto y en ocasiones, después de una cesarea, mamá y bebé están separados.
Entonces, podemos incluir en nuestra maleta para el hospital el sacaleches o pedirlo en el hospital. No será igual que la estimulación del bebé al succionar pero tiene casi el mismo efecto.
Además, el calostro que puedas extraer, puedes darselo a tu bebé con una jeringuilla.

Hay que saber que, las primeras tomas que haga el recien nacido no será leche. El líquido que sale, espeso y de color amarillento, se llama calostro. Esta sustancia es rica nutricionalmente y es un aporte de inmunoglobulinas totalmente útil para el bebé y mayor número de ellas recibirá cuanto antes se ponga al pecho. Una mujer produce al día de 7 a 120 ml de calostro, ya que este se segrega independientemente de las caracteristicas del bebé, si no que aumenta en cantidad según el recién nacido succiona.
Su sabor es similar al del líquido amniotico, dándole al bebé seguridad, ya que es un sabor conocido.
Este líquido es importante ya que, gracias a las inmunoglobulinas A, ayuda a proteger el intestino y el aparato respiratorio.
Todas las mujeres deberían dar de mamar a sus bebés el calostro, aunque no vayan a dar de lactar después, ya que tiene una gran importancia inmunológica, sobretodo en prematuros.
Poco a poco, en unos dos o tres días según la frecuencia con la que el bebé mame, el color se va aclarando hasta llegar a ser blanco, dando lugar a la primera leche real: leche de transición. No es igual que la leche de vaca, es más densa porque contiene gran cantidad de proteínas y mas transparente por el alto contenido en lípidos esencial que aseguran que el desarrollo del bebé sea el adecuado.
La leche materna es un alimento vivo. Responde a las necesidades nutricionales de cada bebé en particular, por lo que de una madre a otra su composición es diferente y una misma mamá tendrá diferente tipo de leche con cada bebé que amamante, sobretodo si son de diferente sexo. E incluso, la misma madre le proporciona al mismo bebé diferente leche a lo largo del día. Por lo tanto es el alimento más completo y que mejor se ajusta a las necesidades nutricionales del bebé en cada momento de su desarrollo. No existe un horario establecido para dar de mamar, la lactancia debe ser a demanda, es decir cuando el bebé quiera y el tiempo que quiera. Es necesario que el bebé vacie completamente el pecho, para que el cerebro reciba el mensaje de que debe producir más.


Después de las dos primeras semanas, la leche comienza a cambia. Al rededor del dia 21 de vida del bebé la leche que sale del peho ya es la definitiva, llamada leche madura. Durante una misma toma la leche va cambiando. Al principio es muy líquida, casi transparente y rica en lactosa. Así satisface la sed del bebé. Después la leche es más blanca, rica en proteínas y finalmente es más espesa, por las grasas. Ahí reside, principalmente, la importancia de vaciar el pecho: si el bebé toma demasiada leche del principio y se le pasa al otro pecho, su estómago se llenará de lactosa, que en "grandes" cantidades es dificil de digerir, provocando incomodidad al bebé. Además, es probable que suba poco de peso, ya que no llega a tomar las grasas de leche.
Para saber cuando un bebé ha vaciado el pecho, será él el que lo suelte. En ese momento, con las manos bien limpias, aprieta un poco tu pezón. Si la leche sale disparada, aun no ha llegado a la parte grasa. Si salen pequeñas gotas blancas y espesas que se quedan en el pezón, es el final de la leche. En cualquier caso, trata de que se enganche de nuevo y si se suelta inmediatamente después, es porque esta vacío y se debe pasar al otro pecho.
Hay que tener paciencia, los primeros días las tomas pueden ser de 40-60 minutos en total, cada hora u hora y media, con lo que tendremos la sensación de estar todo el día con el pecho fuera. Es solo temporal y en menos de una semana cambiará todo. La leche materna se digiere fácilmente por lo que a los 60-90 minutos de haber empezado la toma su estómago está completamente vacío.
Si durante la toma, el bebé se queda dormido (típico, se cansan de mamar) trata de despertarlo: desviste sus pies y hazle caricias, acaricia su cuello... Si no despierta así, dejalo en su moisés o cuna si quieres y vuelve a ponerlo al pecho cuando despierte.
La lactancia no es dolorosa. Ni al principio ni nunca. Si sientes dolor, verifica que el bebé este succionando con toda la boca abierta y el labio inferior hacia afuera, colocando la boca al rededor de toda la areola. La lengua debe estar siempre debajo del pezón. Si aun así sigues notando dolor, pide ayuda al pediatra de tu hijo o busca consejera de lactancia en tu zona ya que podría ser por el frenillo del bebé
Tamaño del estómago del bebé al día 1, 3, 7 y al mes de vida.
Siempre que el bebé mame a demanda, eficientemente y sin limitaciones, la madre produce la leche necesaria (y más) para alimentar a su hijo sin necesidad de rellenos.
Aproximadamente a las 2 o 3 semanas de vida, el bebé comienza a espaciar más las tomas, ya que ha ganado mas fuerza al succionar y te sentirás más relajada.
Para aliviar la congestión de la subida de la leche, coloca al bebé al pecho más veces. Esta situación es temporal también, tu pecho está produciendo leche sin tener en cuenta cada cuanto mama el bebé, ya que no suele seguir un patrón por lo que a la señal de vaciado de pecho, lo vuelve a llenar. Más o menos hacia el tercer mes los pechos se sienten vacíos, el dolor ha desaparecido y se tiene la sensación de no llenar al bebé. Después de tres meses de lactancia, tu cuerpo se habitúa al ritmo del bebé y produce leche en el momento en que él succiona. Esto tiende a repetirse cada "X" tiempo a lo largo de la lactancia, son las llamadas crisis de lactancia, por la alarma que genera en la madre. Son momentos en los que el bebé crece más y la demanda aumenta. La solución es colocar al bebé más veces al pecho y tener paciencia. Según cada bebé la duracion de estas crisis llevan de 2 a 7 días.

Dar de mamar es un momento entre el bebé y la madre y confiando en tu instinto maternal puedes llevarla a cabo durante los meses que queráis los dos.
Ármate de paciencia y amor para tu bebé y todo saldrá sobre ruedas.

Actualización: Puedes ver mis 10 consejos sobre Lactancia aquí.

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